La productividad por empleado en España aumentó un 14% durante la crisis, debido a que la destrucción de empleo fue mucho mayor (21%) que la disminución de la facturación de las empresas (10%)

20/12/2017

Según el Informe “Evolución del tejido empresarial español de 2006 a 2014”

  • La gran recesión sufrida en España desde 2006 a 2014 afectó, principalmente, al empleo, ya que destruyó un 21% de los puestos de trabajo. El número de empresas se redujo un 12% y la facturación total de éstas, un 10%
  • El sector de la construcción fue el sector más afectado, perdiendo el 64% del empleo, el 65% de la facturación y el 42% de sus empresas. El peso de este sector dentro de la economía española pasó de ser del casi 14% en 2006 a poco más del 5% en 2014
  • El sector agrícola es el ganador en este periodo de crisis, ya que perdió sólo un 1% del empleo y aumentó en un 17% el número de empresas, y un 29% la facturación
  • La productividad por empleado se incrementó en la Comunidad de Madrid y Cataluña por encima de la media nacional, si bien el impacto en la pérdida de empleos y empresas fue mucho mayor en Cataluña que en Madrid
  • La predicción del crecimiento del PIB en España para 2018, ascienden al 3,2% y el impacto de la crisis catalana será mínimo

Barcelona/Madrid, 20 de diciembre de 2017. La productividad media por empleado en España aumentó un 14% durante los años 2006/2014, pero no porque se vendiera más, sino porque la destrucción de empleo (un 21% de puestos de trabajo) fue mucho mayor que la disminución de la facturación de las empresas (un 10%). Sin embargo, la productividad varió según los sectores. Así, en el sector de la agricultura, aumentó un 30% y, en el industrial, un 35%. Los servicios sólo lo hicieron un 7% y, en contraste, la productividad en la construcción se redujo un 5%. Estos datos se desprenden del Informe “Evolución del tejido empresarial español de 2006 a 2014” elaborado por el profesor del IESE, Miguel Ángel Ariño.

El objetivo de este documento es analizar la situación de la empresa española en el año 2006, antes de iniciarse la última crisis económica, y su comparación en el año 2014, una vez superada ya esta recesión y ofrecer por tanto una descripción de cómo ha evolucionado el tejido empresarial español. Para su elaboración, se han examinado las empresas contenidas en la base de datos SABI (Sistema de Análisis de Balances Ibéricos), que elabora Informa D&B (la cual no contempla el sector financiero ni el asegurador). El estudio tampoco ha recogido el sector público, el trabajo de los autónomos ni el conjunto de minipymes, que en España está constituido por, aproximadamente, medio millón de compañías con un promedio de dos empleados.

En términos absolutos, la productividad media en España pasó de ser casi de 200.000 euros en ventas por persona empleada (2006) a poco más de 226.000 euros (2014). En el caso del sector industrial, resulta notable el nivel de productividad, que, en 2014, llegó a ser de casi 350.000 euros de ventas por empleado. Por el contrario, el sector agrícola no alcanzó los 150.000 euros por persona empleada.

Durante los años 2006 a 2014 se produjo una disminución de 66.573 compañías en España, lo que supone un descenso del 12%, afectando de manera dispar a los diferentes sectores. Por ejemplo, en el sector de la agricultura, el número de empresas aumentó un 17%, mientras que, en la construcción, desaparecieron un 42%. Por su parte, la industria perdió el 22% de sus empresas, mientras que el sector servicios vio destruido sólo un 1% de sus empresas.

Por otro lado, en cuanto al empleo se refiere, si el número de compañías cayó en un 12% durante este tiempo, el empleo lo hizo en un 21%, con una pérdida neta de casi 1.900.000 empleos, siendo un descenso desigual en los distintos sectores. El sector de la construcción redujo un 64% sus puestos de trabajo; la industria, un 28%; los servicios, un 8%; y el sector de la agricultura, sólo un 1% de los empleos.

A nivel global, la facturación total de las empresas en España cayó un 10% durante este periodo. En el caso de la construcción, el descenso fue del 65%, el sector más castigado de todos, pues la industria y los servicios se mantuvieron prácticamente estables, con un descenso de su facturación de un 2% y un 1%, respectivamente. El sector de la agricultura resultó, sin duda, el menos afectado, ya que incrementó su facturación un 29%.

La facturación media de las empresas aumentó 72.587 euros de media, pues pasó de los poco más de 3,2 millones de euros a casi 3,3, lo que significa un ligero aumento del 2%.

Esto se explica porque la disminución de la facturación fue muy similar, aunque levemente inferior, a la del número de compañías. De todas maneras, dicho aumento se manifestó de manera diversa en los distintos sectores: para el sector servicios, la facturación media de las compañías fue prácticamente la misma; sin embargo, en la industria, la facturación promedio aumentó un 25%, ya que llegó a ser, en 2014, de algo más de 7,6 millones de euros. Las compañías del sector agrícola, por su parte, aumentaron su facturación un 10%, aunque éstas apenas facturan millón y medio de euros. En cambio, la facturación media de las empresas del sector de la construcción bajó un 40%, con la consecuencia de que estas compañías facturaron, en 2014, algo menos de 1,3 millones de euros.

Según Miguel Ángel Ariño, Profesor de Análisis de Decisiones de IESE y responsable del estudio, “se ha dado la circunstancia de que las comunidades en las que se cerraron un buen número de empresas son aquellas en las que la facturación no disminuyó tanto. Y, sin embargo, las comunidades que mantuvieron empresas sin cerrar, redujeron sustancialmente su facturación. Este hecho parece indicar que las empresas ineficientes desaparecen en los lugares donde ha habido una mayor reducción de empresas, y se mantienen en los que la disminución sufrida ha sido menor”.

Sectores
El sector de la construcción ha sido el más castigado durante la crisis, perdiendo el 42% de sus empresas y el 64% de los empleos

En cuanto a los distintos sectores, el sector agrícola, resultó el menos afectado durante este periodo. En concreto, aumentó el número de compañías en un 17% y, prácticamente, no destruyó empleo (sólo el 1%). En cuanto a su facturación total, creció un 29% y, en facturación media, un 10%. Asimismo, la productividad por empleado se incrementó un 30%, pero el tamaño de las compañías en cuanto al número de empleados se redujo un 15%, lo que significa una disminución de casi dos empleados por empresa. Es decir, que si bien en ese periodo aumentó el número de empresas, éstas se han hecho más eficientes, por tanto, se han salvado prácticamente la totalidad de los puestos de trabajo.

En el sector industrial disminuyó un 22% el número de empresas y perdió más de medio millón de empleos, lo que se traduce en un descenso del 28%. La facturación total, sin embargo, se mantuvo, pues su disminución fue de tan sólo un 2%. Asimismo, la productividad del empleado creció un 35%, lo cual equivale a un aumento de las ventas por trabajador de unos 90.000 euros. Las compañías perdieron un promedio de casi dos empleados (un 8%) y la facturación media de las que sobrevivieron fue, en 2014, de más de siete millones y medio, cuando en 2006 era de poco más de seis millones, es decir, la facturación media aumentó un 25%.

El sector de la construcción fue el más castigado, perdiendo el 42% de sus empresas y el 64% de sus puestos de trabajo (casi 900.000). La facturación total del sector disminuyó un 65%, la facturación media descendió un 40%, y la productividad por empleado se redujo en un 5%. Las compañías que sobrevivieron pasaron de tener una media de 12,5 empleados a menos de 8, y su facturación media cayó un 40%.

Por último, el sector servicios mantuvo estable su número de empresas, ya que sólo disminuyó un 1%; y el empleo decreció un 8%. Aun así, la cifra alcanza casi el medio millón de empleos perdidos en este sector, debido a que representa el 60% de la economía española. Por otro lado, la facturación total del sector se mantuvo, pues su disminución fue de apenas un 1%. Por su parte, la productividad del empleado aumentó un 7%, de modo que las ventas por trabajador llegaron en 2014 hasta los casi 200.000 euros. El tamaño medio de las compañías se redujo en un empleado y la facturación media de las mismas, como la total, se mantuvo.

Servicios financieros y suministro de energía, entre los sectores con más crecimiento; metalúrgica y telecomunicaciones, los que menos (*)
Durante el periodo entre 2006 y 2014, los sectores que más crecieron (en términos de facturación global) fueron los servicios financieros (excepto seguros y fondos de pensiones), con un incremento del 163%; seguidos de servicios de suministro de energía eléctrica, gas, vapor y aire acondicionado (51,7%); agricultura, ganadería, caza y servicios relacionados con las mismas (31,9%); almacenamiento y actividades anexas al transporte (25,2%); industria química (21,7%); industria de la alimentación (18,5%); y programación, consultoría y otras actividades relacionadas con la informática (17,6%).

Por el contrario, los sectores que experimentaron un mayor descenso  fueron el metalúrgico, fabricación de productos de hierro, acero y ferroaleaciones (-23,1%); telecomunicaciones (-28,2%); fabricación de productos metálicos, excepto maquinaria y equipo (-35,4%); actividades de construcción especializada (-42,9%); venta y reparación de vehículos de motor y motocicletas (-44,8%); y el sector de construcción de edificios (-76,8%).

*Valoración realizada sobre aquellos sectores que tienen un peso relativo superior a la media dentro de la economía española. El crecimiento y el decrecimiento presentados son los acumulados en los ocho años que van de 2006 a 2014.

Aumenta la productividad por empleado en Cataluña y Madrid, aunque Cataluña sufre una mayor destrucción de empleo y número de empresas 
En cuanto a las comunidades con mayor peso en la economía española, destaca especialmente la Comunidad de Madrid, donde la disminución en el número de empresas fue mínima (-830 empresas, lo que supone un 1% del total), y la destrucción de empleo fue ostensiblemente menor que en el promedio de España (-257.644 empleos, un 10%). En el caso de Cataluña, la reducción en el número de empresas fue sensiblemente mayor que la media nacional (20.637 empresas, -18%), y la destrucción del empleo fue igualmente destacada (-417.096 empleos, lo que supone un descenso del 24%).

Por su parte, la facturación total de las empresas se mantuvo estable en la Comunidad de Madrid, mientras que Cataluña registró un descenso del 13%. Mientras que la productividad por empleado (si bien aumentó en todas las Comunidades, debido a la alta destrucción de empleo en todas ellas) aumentó en Cataluña por encima de la media nacional (+14%), y en Madrid (+12%).

El número de empleados por empresa se redujo en 3 personas de media en la Comunidad de Madrid, y 1,1 personas en Cataluña; si bien es cierto, que las compañías de la Comunidad de Madrid tienen un tamaño en cuanto a número de empleados ostensiblemente superior (unos 30 empleados, de media, por empresa) al de las del resto de las comunidades españolas (16, de media). Por último, la facturación media de las empresas fue superior en Cataluña respecto a la media nacional y a la Comunidad de Madrid (un incremento del 6% en Cataluña, respecto al 2% a nivel nacional, y 1% en la Comunidad de Madrid).

Predicción del crecimiento del PIB en España para 2018
Las previsiones del crecimiento del PIB en España para 2018 asciende a 3,2% y el impacto de la crisis catalana será mínimo.

Según declaraciones del profesor Miguel Ángel Ariño, “la probabilidad de sufrir una crisis importante en los próximos 6 meses es pequeña. Sin embargo, el riesgo en los próximos 10 años es muy grande y las crisis serán mucho más profundas. La globalización y las nuevas tecnologías convierten al mundo en un polvorín”.

Sobre el Informe
El Informe “Evolución del tejido empresarial español de 2006 a 2014”, elaborado por el Profesor Miguel Ángel Ariño, analiza la situación de la empresa española en el año 2006, antes de iniciarse la última crisis económica, y su comparación en el año 2014, una vez superada ya esta recesión. El objetivo de este documento es ofrecer una descripción de cómo ha evolucionado el tejido empresarial español durante este periodo.

En este informe se muestran aspectos relativos a la evolución del número de empresas, el número de empleados, el volumen de ventas, la productividad de los empleados y el tamaño de las empresas, a nivel agregado y según los distintos sectores de la economía española, tanto a nivel nacional como en las Comunidades Autónomas.

Para ello, se han examinado las empresas contenidas en la base de datos SABI (Sistema de Análisis de Balances Ibéricos), que elabora Informa D&B (la cual no contempla el sector financiero ni el asegurador). El estudio tampoco ha recogido el sector público, el trabajo de los autónomos ni el conjunto de minipymes, que en España está constituido por, aproximadamente, medio millón de compañías con un promedio de dos empleados.

El informe analiza tres variables originales: número de empresas, número de empleados y facturación, y otras tres, derivadas, que son consecuencia de las tres primeras: productividad del empleado, el tamaño de las empresas y la facturación media de las mismas.

La productividad del empleado se ha calculado dividiendo la facturación entre el número de empleados. El tamaño de las empresas se computa en función de la cantidad de empleados, para lo cual, se ha dividido el número total de empleados entre el número total de compañías. Por último, se ha valorado la facturación media de las empresas dividiendo la facturación total entre el número de éstas.

El estudio refleja los datos de la totalidad de la economía española y de cada uno de sus cuatro sectores más importantes (agricultura, industria, construcción y servicios), así como de las diecisiete comunidades autónomas (excluyendo las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla debido a su escaso peso en la economía española).

Sobre el IESE Business School
El IESE es la escuela de dirección de empresas de la Universidad de Navarra. Con campus en Barcelona, Madrid, Múnich, Nueva York y Sâo Paulo, ofrece formación para directivos en Europa, Asia, América y África. Desde 1958, el IESE ha formado a más de 45.000 empresarios y directivos que constituyen una de las comunidades empresariales más activas del mundo.

La misión del IESE es formar a líderes que puedan tener un impacto positivo y duradero en las personas, en las empresas y en la sociedad gracias a su profesionalidad, integridad y espíritu de servicio. Durante sus casi 60 años de historia ha recibido numerosos reconocimientos a nivel internacional, por su labor docente e investigadora.

En los últimos tres años, el IESE se ha posicionado como número 1 del mundo en programas de Executive Education, según el ranking del Financial Times.